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miércoles, 3 de junio de 2015

Movimientos de América Latina publican libro sobre lucha por la Tierra, la Vivienda y la ciudad

Acaba de publicarse el segundo libro de la Mutual de Lectura del Movimiento de Pobladoras y Pobladores en Lucha (MPL) que recoge artículos de distintos movimientos sociales de Argentina, Brasil, Venezuela, Uruguay y Chile, comunicando sus miradas y análisis sobre la realidad del capitalismo urbano, las resistencias y avances posibles a través de formas autogestionarias de producción del hábitat.
 

Luchas “por” la ciudad
El segundo libro producido por la Mutual de Lectura que lleva por nombre “Lucha por la Tierra, la Vivienda y la Ciudad” es una recopilación de experiencias latinoamericanas de organización popular que nacen por la necesidad de la vivienda pero que han avanzado en la construcción de alternativas solidarias, cooperativas y autogestionarias de producción del hábitat.
Los casos de cinco países diferentes tiene en común que no solo buscan acceder a un pedazo de tierra o de ciudad, sino también y más relevante persiguen transformarla a través de un acto de poblar distinto del que ofrece o impone la forma social urbana dominante.
En palabras de su compiladora Natalia Garrido, una de las fundadoras del MPL y actual concejala popular de Peñalolén, “este segundo libro es para com­partir con la gente que está luchando por la ciudad los aprendizajes que han tenido los movimientos hermanos de América Latina en la búsqueda de otra ciudad. Todos ellos rechazan la injusticia del sistema urbano y levantan propuestas para avanzar en la construcción de un espacio inclusivo, a medida del poblador y no del mercado“.
Esta publicación aparece en el contexto en que Chile el factor territorial cobra cada vez más relevancia y los habitantes organizados se convierten en un actor protagónico en las resistencias sociales al modelo y las propuestas políticas que impulsa el progresismo.
Algunas de esas políticas han sido el cooperativismo, la autogestión y la ayuda mutua del mismo movimiento social urbano. Aquí aparecen experiencias como de la Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua (FUCVAM), principal referente urbano de la región con casi 20 mil viviendas construidas con apoyo mutuo y propiedad colectiva, del Movimiento Popular la Dignidad de Argentina (MPLD) con importantes esfuerzos de urbanización popular en las Villas de Buenos Aires, de las Brigadas Populares en Brasil con sus ocupaciones en altura, el Movimiento de Pobladoras y Pobladores de Venezuela y sus construcciones dirigidas al socialismo comuna, y en Chile el Movimiento de Pobladores y Pobladoras en Lucha con similares esfuerzos en vivienda y educación.
Este libro comenta su otro compilador, educador de la Escuela Paulo Freire y cientista político, David Kornbluth “es una reflexión y motivación – hoy día en el marco de una reforma urbana que se está haciendo a puertas cerradas- a poner la palabra en la mesa, que ha sido silenciada por el poder, poner la palabra de un modo de vida anticapitalista dentro de las ciudades, de una organización solidaria en los territorios, de una mirada socialista y libertaria sobre la vida y el mundo”.

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martes, 12 de mayo de 2015

Video educación autogestionaria: Jardín El Fondo del Río, San Bernardo


Educación autogestionaria: lo público-no-estatal

Publicado en El Clarin, Chile


Henry Renna, MPL y Juan González, Centro Alerta
“No hacemos educación pal´pueblo,
somos el pueblo auto educándonos”
Unx de nosotrxs, Jardines Comunitarios MPL



La Reforma Educacional de la Nueva Mayoría, representada en la recientemente aprobada “Ley de Inclusión”es uno más de los esfuerzos de un sector de la burguesía por defender su proyecto histórico. Uno decidido a institucionalizar el rol del mercado dentro sistema escolar, regulando y legitimando la participación de los privados en el control educativo.Se naturaliza el lucro en la educación, mediante la mantención de negocios asociados y financiados por el Estado. Se aumenta y mantiene el traspaso de fondos estatales a los actuales sostenedores y se mantiene y refuerza las lógicas de incentivo y competencia para regular la política pública y el que hacer pedagógico.[1] En consecuencia, nuestro sistema educativo sigue capturado por la alianza Estado –Mercado.
Todo este paquete de modificaciones viene a sostener el pacto social de los de arriba donde el rol educativo de la sociedad está monopolizado por el Estado y el Mercado docente, negando todas las formas educativas que desde abajo han desplegado las comunidades organizadas. Los distintos esfuerzos impulsados por organizaciones y movimientos que en distintos ámbitos sociales y diferentes niveles de enseñanza construyen una pedagogía transformadora que prefigura la educación del mañana.
El movimiento popular y las nuevas prácticas políticas
El movimiento popular en los últimos años logró instalar en el sentido común la demanda de una educación gratuita y sin lucro, de acceso libre y sin selección, pública y de excelencia integral, democrática y bajo control comunitario. No obstante, quedó corto en proyectar una alternativa a la hegemonía estatal-mercantil.
Esta alternativa está re-naciendo, se está haciendo todos los días dentro del mismo sistema. Un sector, cada vez más grande, de las y los que creen en un cambio que revolucione el estado de las cosas decidió llevar a la práctica esta demanda histórica de los sectores populares. Dejó de esperar una respuesta de la institucionalidad y de los mismos responsables de la crisis y optó por construir con hechos el derecho a la educación.[2]
Ante la limitación de la política del mal gobierno, la contracción de sus espacios de participación y la debilidad de sus dispositivos de bienestar, se levantan transformaciones pedagógicas desde el mismo movimiento social, se construyen soberanías populares y soluciones concretas desde abajo. Y lo han hecho mirando no a la estatalidad sino observando las capacidades y potencialidades de nosotras y nosotros mismos. La fuerza creadora y creativa del pueblo organizado para dar respuesta a sus necesidades más sentidas y urgentes, transitando de la reivindicación a la autogestión, de la necesidad a la libertad.
Negar y crear la escuela
En algunos rincones, la educación autogestionaria, lentamente se convierte en una alternativa real a la inexistencia del derecho a la educación y emerge además como opción antagónica a la escuela oficial. Es una forma de lucha para ir sistemáticamente eliminando los espacios educativos controlados por el Estado, la Iglesia y el Mercado, configurado por relaciones coloniales, patriarcales y capitalistas que reproducen la dominación, y de forma progresiva ir creando una nueva institucionalidad de enseñanza, social y revolucionaria. La educación autogestionaria tiene así,  por misión una doble tarea: la negación-creación de la escuela.
Tiene una tarea negativa que es el rechazo y la eliminación progresiva de todas las estructuras que producen desigualdad y dominación dentro de la escuela, es decir todas las maneras de escolarización que reproducen la forma Estado y las lógicas mercantiles dentro del proceso educativo. Además tiene una positiva, la edificación en tiempo presente de una nueva institucionalidad socio-educativa que permita la autorrealización y la emancipación colectiva, levantar en el presente opciones materialmente distintas a la gestión estatal, eclesiástica o mercantil de la educación. Debemos echar abajo la escuela del viejo mundo y levantar con y sin ladrillos esa escuela del mundo nuevo.
Este esfuerzo en las ciudades es similar a las acciones de las naciones-pueblos indígenas por reproducir otros modos de vida a los dados por el modelo. Hace parte del reconocimiento y ejercicio de una vida colectiva que las comunidades urbanas han reivindicado en el proceso de construcción de autonomías territoriales. Es la puesta en práctica de una demanda por una revolución curricular, el respeto a las formas de pedagogía endógenas, la formación y capacitación autónoma de las y los actores docentes, hasta la elaboración de materiales didácticos culturalmente pertinentes. Una educación que en todos los niveles responda a la preservación, fomento y desarrollo de las culturas populares y sea diseñada, implementada y ejecutada por los mismos pobladores y pobladoras[3].
Podemos hacerlo nosotrxs mismxs
Estas experiencias y esfuerzos no nacen por un tema de cobertura, para paliar una carencia de acceso de las instituciones educativas oficiales, sino su fundamento es tomar la educación en nuestras manos y darle un sentido contra-hegemónico.
La educación autogestionaria al tener como centralidad el control popular sobre el conjunto de la gestión educativa y un sentido transformador de la tarea pedagógica, es el contrapunto de la escuela oficial que lleva en su seno la reproducción de la forma Estado (burocrático y jerarquizado) y de las lógicas mercantiles (de competencia, individualismo y funcional a las relaciones de producción).
Es un proceso de transformación cultural de la sociedad que no pasa por las clases dominantes y su sistema escolar, sino por la comunidad pedagógica y sus centros autogestionarios, por su rol como sujeto histórico de la transformación radical de la vida y de la organización socializante y liberadora del mundo.
Lo público-no-estatal
Como se desprende, la educación autogestionaria no hace parte ni de lo estatal ni lo mercantil, sino del área social de producción educativa. Espacios que van por los bordes de lo establecido, desarrollados por la propia gente, en independencia de las clases dominantes, donde se vive una autonomía relativa para organizar la escuela en relación al poder económico y político.
Como dice Hernan Ouviña, estamos frente a una recuperación de lo público en términos no estatales. Un desborde de lo que entendemos por educación pública rebasando la jaula de la institucionalidad burguesa. Se re-piensa el sentido de lo público circunscrito unívocamente a lo estatal y se incluye la (auto)gestión educativa socio-comunitaria y al movimiento popular como una cuarta vía, una alternativa para reconstruir la educación pública frente al Estado, el Mercado y la Iglesia docente. La educación autogestionaria, no es una nueva vía para educar al pueblo, es precisa y simplemente el pueblo autoeducándose en dignidad.

Ver Video:

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Educación autogestionaria: un recorrido por los jardines comunitarios



[1]Esta reforma consagra la libertad de enseñanza, como libertad de mercado, mantiene  la igualdad de trato entre actores públicos y privados, institucionaliza  el mercado en lo que llaman “el sistema mixto” de provisión  educativa, en el cual se regula parcialmente el lucro, mientras se deja chipe libre a las agencias y negocios entorno ala educación pública.Los pilares que sostiene el experimento neoliberal chileno siguen intactos. Más sobre esto ver documento¿Reforma y educacional? Sobre la nueva ley que regula el lucro, copago y selección.  OPECH-Centro Alerta, Abril 2015
[2]Cómo señala UNESCO el derecho a la autonomía y la participación en la educación es fundamental para crear verdaderas comunidades inclusivas (UNESCO,1999).
[3] Véase: Universidad ComunitariaUniversidad de las Regiones Autónomas de la Costa Caribe Nicaragüense, Nicaragua,  2004.

miércoles, 29 de abril de 2015

Educación autogestionaria: un recorrido por los jardines comunitarios

Unx de nosotrxs, MPL

En el mes  de marzo iniciaron funcionamiento de forma simultánea cinco jardines comunitarios. Ubicados en cuatros comunas de la Región Metropolitana estos abren una alternativa real y concreta de educación autogestionaria. Se dibuja desde allí lentamente una opción pedagógica, administrativa y política ante el Estado y el Mercado, centros educativos en manos del pueblo organizándose por conquistar su dignidad.



En el verano por distintas poblaciones de Santiago corría en silencio un sencillo volante invitando a involucrarse en una asamblea para iniciar el trabajo de organización de un espacio educativo en infancia. Es la iniciativa impulsada por el Movimiento de Pobladores y Pobladores en Lucha (MPL) desde el año 2012 en Peñalolén y que hoy en alianza con otras organizaciones y comunidades se expande a otros territorios. Consiste en recuperar recursos de la línea comunitaria de la Junta Nacional de Jardines Infantiles a través del programa Centros Educativos Culturales de Infancia  (CECI) que permite habilitar sedes sociales para el funcionamiento de centros de infantes gratuitos para niños y niñas de 2 años a 5 años 11 meses, con horario de funcionamiento entre 8:30 y 14.00 de la tarde, cubriendo alimentación y materiales de trabajo.
El recorrido
Iniciando el primer punto en la zona oriente en la comuna de Peñalolén al interior de la comunidad las Araucarias (proyecto habitacional de 120 viviendas entregado por el MPL en julio de 2012) está el Jardín Epuwen que ya cumple dos años de funcionamiento. Lautaro Guanca, uno de los apoderados del jardin comparte “la infancia se piensa como sin voz, lo que estamos haciendo es  re significar un concepto que reproduce la dominación por un sentido emancipatorio que traduce el termino infancia en los y las que tienen Otra voz. Esta voz, no habla de razones o lógicas occidentales, patriarcales ni coloniales, sino encuentra en la población su inspiración original creadora. Este es el camino que decidimos recorrer en Epuwen MPL. Andar la historia al paso mágico de los niños y niñas de la población
Bajando por Av. Grecia y girando al sur llegamos a Barrio Franklin, por la calle Placer, donde se ubica el Jardín 4 de Mayo (fecha de ocupación del primer inmueble recuperado por autogestión del movimiento en el año 2011).  Conversando con Claudia Pacheco, quien fuera de las primeras ocupantes y hoy educadora del jardín comenta “en nuestra asamblea de vivienda levantamos un jardin comunitario por que no solo queremos viviendas dignas también apuntamos a la salud, el trabajo y educación. Para nosotras las pobladoras la educación es nuestra mejor arma para poder enfrentar a un país desigual y queremos empezar por los más pequeños, formándolos y haciendo de ellos seres  libres pensantes y críticos lo que hoy no ocurre en la educacion tradicional”. Viviana Bernales, educadora del movimiento  señala, “la apuesta del jardin es la construcción de un proyecto político-pedagógico entre todos y todas quienes somos parte de la comunidad educativa. Lo hacemos desde las relaciones, abandonando el adultocentrismo y las jerarquías, desde la teoría, considerando propuestas educativas alternativas a la educación formal, y las prácticas, utilizando herramientas como la autogestión, la ayuda mutua y la construcción comunitaria. Cada jardin es parte de una red de trabajo sustentada en una organización mayor, el MPL, lo que permite no sólo pertenecer a un jardín, sino también a una gran comunidad de pobladoras, de espacios de salud y vivienda autogestionadas”.
Siguiendo por Santa Rosa hacia el sur llegamos a La Pintana al Jardín Jugando Aprendo en la población Pablo de Rhoka. Dentro de la sede social nos encontramos Sandra Cona, vecina y educadora del espacio quien dice “esto ha sido una experiencia enriquecedora. El comienzo fue difícil, pintar, clavar, organizar la obra. Pero se logró y ahora está funcionando gracias a la colaboración de todas y todos, los pequeños hoy ya pueden asistir a nuestro jardín y la satisfacción es indescriptible”. Pablo Molina, uno de los responsables de la Escuelita Jugando-Aprendo del MPL, experiencia de donde nace el jardín, argumenta “estamos en esta porque vemos como la desigualdad se ve reflejada en la educación, desde el jardin a la universidad donde el que paga tiene opciones desde chico a incentivos artísticos y no solo a aprender las vocales así a secas, es por eso que intentamos que el aprendizaje salga desde las comunidades por medio del arte y que sea coherente con un proyecto de cambio social y a la vez una herramienta para el cotidiano y el futuro
Yendo más al sur y virando a la costa vamos a San Bernardo. En su entrada está el Jardín Inti Wasi (nombre por confirmar) levantado por el movimiento junto a trabajadoras de la educación y el Centro de Estudios Andinos Pucará. Una de sus educadoras Noemi Huenchuman reflexiona acerca de sus impactos. “Las potencialidades son muchas, en especial cuando el trabajo de verdad es comunitario, nosotras tratamos no hacerle la pega al Estado, no trabajar con los niños como el gobierno quiere, sino hacerlo bien, de calidad, en el sentido de lo que le importe a la gente, lo que necesitan, que no sea descontextualizada. Que la comunidad se haga consciente de esto, que es de ellos. Y ahí yo también estoy autoeducándome, son los padres los educadores, nosotras más bien los acompañamos.”
Siguiendo hacia el sector de Nos llegamos a la población Los Areneros. En una sede que estuvo abandonada durante años se levantó entre el Centro de Operaciones Poblacionales Los Areneros y el movimiento el Jardín El Fondo del Río. Opina Gonzalo Vargas, único educador hombre de la red, “los grupos económicos, la iglesia y el estado han hecho de la educación su herramienta, domesticando a nuestros hijos e hijas desde la primera infancia, mal enseñándolos a obedecer a quienes nos oprimen. Hoy poseemos las condiciones de administrar y controlar la educación en el territorio. Hacernos cargo de nuestra memoria histórica, revalidando la sabiduría popular de nuestras comunidades, la historia de lucha y resistencia de nuestros abuelas, abuelos,  padres y madres”. En este proceso se ha involucrado el barrio, como también educadores populares y militantes del mundo popular. Para Hansel Cáceres uno de los referentes del territorio “el jardin es una herramienta de cambio y de autonomías, para generar lazos y fortalecer las redes dentro de la población” y para José Muñoz con los jardines autogestionados “la comunidad recupera su amor propio al saber que puede recuperar los recursos que le roba el estado (sin tener que irnos presos), además se hace cargo de su problema directamente sin buscar la solución en los "profesionales”, sino en ellos mismos”.
Un modelo que se prefigura
Los jardines junto a otros espacios educativos autogestionados que se han creados en los últimos años, enseñan una transición similar al del movimiento obrero, del paro y la toma, a la autogestión educativa[1].
Como señala Henry Renna, uno de los articuladores de esta iniciativa, “los jardines comunitarios y autogestionados van más allá de la reivindicación del acceso y se perfilan hacia proyectos de mayor alcance: la construcción de un área que no está en manos de la Iglesia, el Mercado o el Estado docente, sino su centralidad es la comunidad educativa como fuerza socio-pedagógica transformadora. Vienen a constituir el campo de aquellas actividades que desarrolla la clase trabajadora organizada de modo autónomo en sus territorios para dar respuesta a sus necesidades más urgentes y negadas por las clases dominantes. Una serie de acciones educativas cuyos resultados son indivisibles de sus originadores-productores; la totalidad, idealmente, de los ámbitos de la organización del espacio educativo son controlados directamente por quienes le dan vida, la comunidad y el movimiento social”.
Sería como analiza Baronet en su tesis sobre la otra educación zapatista “una apropiación social del espacio y del tiempo escolar, así como del papel político y cultural del docente” y la recuperación del “poder de creación, ejecución y evaluación, no solamente de los planes y programas, sino de la gestión de la organización escolar en su conjunto[2].
Estas prácticas en desarrollo representan una superación de la dicotomía público-privada, van más allá del binomio Estado-mercado, y abren paso a un nuevo lugar de producción educativo, que no es estatal ni mercantil, sino social. Un nuevo campo de organización de la sociedad cuyas mediaciones son dadas por los propios espacios de sociabilidad popular y no por el mal gobierno. Las reglas, las formas, los contenidos, las relaciones, en definitiva la cotidianidad pedagógica, son definidos de forma soberana por la población organizada, y no por un tercero externo a ellos. Viene a ser una reapropiación del rol de la comunidad en la definición de lo que necesita y quiere aprender para caminar hacia un estadio de dignidad colectiva[3].
Publicado en: Le Mond Diplomatique, Abril, 2015



[1] De la ocupación de las escuelas a la autogestión de la educación”. Fanzine Crónica Negra. Agosto 2011. Disponible en línea en: http://metiendoruido.com/2012/04/de-la-ocupacion-de-las-escuelas-a-la-autogestion-de-la-educacion-video/
[2] Baronet, Bruno, 2012, Autonomías y educación indígena. Las escuelas zapatistas de la Selva Lacandona de Chiapas, México. Quito: Ediciones Abya Yala
[3] Ver: Renna, Henry, Educación autogestionaria: lo que silencia la reforma, lo que callan las demandas, 2014 y Educación autogestionaria: lo que gritan los territorios, 2015. Ambos en Rebelión.org.

lunes, 18 de noviembre de 2013

Investigador de Corporación Educacional POBLAR expone en primer Congreso de Extension de la AUGM

Invitados por la Universidad de la República del Uruguay, el Movimiento de Pobladores en Lucha y Corporación Educacional Poblar expusieron en el Primer Congreso de Extensión de la "Agrupación de Universidades GRUPO MONTEVIDEO"  realizado entre el 6 y el 9 de Noviembre en las dependencias de la Universidad de la República. 

Movimientos sociales y Universidad. Luchas de saberes


Colorido y pintoresco lucía el paraninfo de la Universidad de la República (Udelar) durante la primera conferencia central del Extenso, que por ser organizada por la Asociación de Universidades Grupo Montevideo (AUGM), atrajo a delegaciones de Argentina, Brasil, Paraguay, Chile, Bolivia y Uruguay. La conferencia se tituló «Movimientos sociales y universidad».

«¿Qué entendemos por movimientos populares, cuáles se han conformado en nuestro país y en la región, cuáles son sus propuestas, qué proyectos portan, qué potencias y desafíos instalan en el vínculo con universidad?», disparó Mariana Menéndez, integrante del Servicio Central de Extensión y Actividades en el Medio (SCEAM) de la Udelar en la apertura. Los expositores fueron Fernando Zerboni, secretario general de la Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua (FUCVAM), Marcelo Abdala, coordinador del PIT-CNT, Mariana Mendy, docente de SCEAM, David Kornbluth, integrante del Movimiento de Pobladores en Lucha (de Chile), Darío Mello, del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST, de Brasil) y Norma Michi, docente de la Universidad Nacional de Luján (Argentina). 

Clave cooperativa 
Buena parte del público era extranjero y por eso Zerboni reseñó la historia de FUCVAM y su trayectoria. La organización nació en 1968 ligada al movimiento obrero, a partir de trabajadores sindicalizados que idearon una solución habitacional que no sólo es de ayuda mutua sino de propiedad colectiva, subrayó.

Destacó que en dictadura FUCVAM propuso «una visión contestataria» porque tenía impregnada una cultura asambleística, y registró un cambio en el perfil de los cooperativistas. Dijo que hasta mediados de la década de 1980 los cooperativistas «eran militantes sociales», y que hoy «los compañeros que llegan al movimiento cooperativo no tienen la más pálida idea de lo que es un militante social, su primera experiencia de asociativismo la tienen dentro de la cooperativa». Identificó el desafío «de contrarrestar la falta de formación y existencia de los valores neoliberales con un gran desarrollo de formación». Allí situó la trascendencia del «fuerte relacionamiento» que FUCVAM y la Udelar han mantenido durante los últimos tres años y valoró el apoyo de Extensión, que ha permitido «sistematizar esa experiencia en algo transmisible».

Dos casos de educación popular 
David Kornbluth, del Movimiento Pobladores en Lucha, comentó que en Chile «sería impensado» que los movimientos sociales compartieran un panel en la universidad.

Reseñó las políticas previas al golpe de Augusto Pinochet, el «apagón cultural» de la dictadura y la «administración eficiente del olvido» de los gobiernos hasta el presente. También se refirió a la elitización de la educación superior, la «hiperobjetivación de la carrera, donde todo tiene que ser medible», y mencionó que las carreras universitarias «son vistas como un bien de consumo y son elegidas por los estudiantes en base al dinero que van a recibir» cuando egresen.

Sostuvo que «las universidades en Chile estudian los movimientos sociales sin los movimientos sociales, con una mirada desde arriba, objetivando, muchas veces sin preguntar» y que los investigadores casi nunca hacen devoluciones a las comunidades cuando terminan los proyectos.

El Movimiento de Pobladores en Lucha apuesta a la educación popular. Parte de la base de que «no es bueno disociar los espacios de formación de los espacios de construcción de conocimiento». Kornbluth precisó que la organización dispone de «un jardín infantil, un diplomado en movimientos sociales latinoamericanos y autogestión comunitaria (sexta edición), una escuela primaria y secundaria autogestionada, un taller (con formación en albañilería, electricidad doméstica y mueblería) y un área popular de conocimiento que es donde sistematizamos y construimos conocimiento crítico». Sostuvo que construyen conocimiento para «politizar la teoría, es decir, posicionarnos como anticapitalistas, antipatriarcales y anticolonialistas orientándonos a la liberación de los sujetos oprimidos». Además mencionó la «necesidad de teorizar la lucha: desplegar un proceso de producción y sistematización de conocimiento que a su vez sea socializado y democratizado permitiendo aprender colectivamente de nuestras experiencias y de las demás organizaciones sociales».

Darío Mello, del MST, comenzó enumerando los derechos que entiende como innegociables: alimentación, vivienda, salud, trabajo y educación.

Repitió las palabras que el rector Rodrigo Arocena había pronunciado en la apertura del Extenso -«la democratización del conocimiento es fundamental para la distribución del poder»-, y detalló los altos índices de analfabetismo y analfabetismo funcional en su país, la problemática común a América Latina de los pocos alumnos que culminan la educación secundaria, y las trabas en el acceso y la permanencia de los jóvenes en la universidad.

Reseñó que el MST lleva 30 años formando personas y formadores de educadores y que el movimiento aspira a una «formación intelectual y política de los jóvenes». Mencionó que el Programa Nacional de Educación para la Reforma Agraria tiene 15 años y ha formado a más de 70.000 jóvenes y adultos. Criticó el modelo agrícola brasileño -«por cada persona usamos promedialmente más de cinco litros de agrotóxicos por año»-, y alentó el cambio: «Hay que poner algo que sustituya el agronegocio, sin recursos financieros ni voluntad política no avanzamos», lamentó. También señaló algo que toca al Uruguay porque refiere a un planteo del presidente José Mujica en 2010: «Queremos crear acá la Escuela Latinoamericana de Medicina Veterinaria, hubo malos entendidos en otros momentos, en parte provocados por nosotros. La Udelar ha hecho todo lo posible, seguimos aguardando que el Ejecutivo haga su parte», reclamó.

Al igual que el representante chileno, señaló el problema de las universidades al momento de reconocer «a las organizaciones sociales como protagonistas del proceso de formación, como sujetos de la sociedad y parte de la comunidad».

Extensión hacia el sector productivo 
Mariana Mendy, integra la Unidad de Relaciones y Cooperación con el Sector Productivo de SCEAM. Detalló el quehacer conjunto con trabajadores sobre temas vinculados «a la producción y a la formación, y de organización de la producción, porque ahí se genera relación contradictoria principal que es entre capital y trabajo, y todo aquel desarrollo cognitivo que le permita apropiarse mejor sobre cómo se realiza el trabajo y cuáles son los engranajes de la producción, claves desde una perspectiva transformadora».

Mendy recogió la idea que flotó a lo largo de toda la conferencia: «Trabajamos con y en el movimiento sindical, y no para y desde». Reafirmó la importancia de que los universitarios se vinculen con los movimientos sociales porque «es necesaria la formación política y abrir el abanico de ángulos desde los que la universidad se vincula con la sociedad».

Desde el movimiento sindical 
Marcelo Abdala opinó que «la universidad está en una situación contradictoria porque en algunos de sus estamentos reproduce la ideología de clases dominantes y al mismo tiempo, en una sociedad como la nuestra dentro de América Latina, dependiente del capital financiero y de los centros hegemónicos del capitalismo trasnacional, toda vez que apunta a la formación, a la educación, a la extensión, en particular a la investigación, contribuye a minimizar ese papel conservador».

Dio cuenta de la estrecha relación entre el PIT-CNT con el gremio docente y de funcionarios así como con la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay. Comentó, también, que cada vez que la organización es convocada «a encuentros con el capital», como los consejos sectoriales, la central sindical intenta establecer una interacción con la Udelar.

Abdala evaluó que «muchas veces las fuerzas atractoras mercadocéntricas marcan una necesidad de investigación definidas por las necesidades del gran capital», e indicó que «está muy bueno que la Udelar pueda incluir en sus prioridades algunas de las líneas de investigación que tienen que ver con los intereses de los trabajadores». Sostuvo que se está trabajando en esa línea aunque consideró que se trata de una fase de tránsito, «avanzamos o retrocedemos».

Formas de interactuar 
Norma Michi es docente de la Universidad Nacional de Luján. Señaló que integra un equipo que trabaja desde la perspectiva de la educación popular y que intenta integrar la investigación, la extensión y la docencia.

Valoró que «el capitalismo hace de todo una mercancía y también lo ha hecho con el conocimiento». Asimismo, identificó la mercantilización de los recursos naturales y «los compromisos que tienen las universidades con los agronegocios». Consideró que «si no fuera por los movimientos sociales que en 1999 pusieron en discusión en Argentina el caso de los transgénicos, no conoceríamos del tema siendo que tenemos una facultad de agronomía, que tiene un campo y estudia su producción. Dijo que la lucha y el trabajo conjunto con los movimientos sociales han permitido la creación de cátedras de soberanía alimentaria que contrarrestan el modelo del agronegocio.

Michi advirtió que los movimientos sociales han asumido la disputa por un modelo de desarrollo y de producción de conocimiento. «Están encarando mucho más claramente la formación de sus propios intelectuales orgánicos y lo hacen a través de sus propios espacios de formación: escuelas, universidades, espacios de investigación, de producción y circulación del conocimiento».

Afirmó que la relación entre los movimientos sociales y las universidades está signada «por la esperanza y la desazón permanente». Relató que, salvo excepciones, las universidades niegan los saberes existentes en estos movimientos sociales y no buscan relaciones de igualdad ni de escucha, y que todavía predomina una mirada asistencialista.

Michi valoró que si bien su reseña podía ser tildada de pesimista, se registran avances en la relación entre los movimientos sociales y las universidades, pero no tanto como los deseados. «Ojalá podamos no seguir siendo teóricos de escritorio», sintetizó.


martes, 1 de octubre de 2013

Finaliza el 3er curso de oficios de Poblar, en fabricación de muebles


Hoy, en la sede vecinal N°7 de Franklin, finalizó exitosamente el tercer esfuerzo de Corporación Poblar por entregar espacios de formación en oficios dirigidos a luchadores sociales.

Esta vez, la escuela fue en "Fabricación de Muebles, Diseño y Cooperativismo" y fue Financiado por la I. Municipalidad de Santiago.

El curso intentó de dar una perspectiva amplia al oficio de fabricación de muebles, desde el cooperativismo como horizonte organizacional de la actividad laboral, en donde se combinaron las clases prácticas con la reflexiones teóricas en torno al género, la lucha antipatriarcal y las prácticas colaborativas en torno al trabajo.

El curso contó con la participación de 18 vecinos de la comuna.